Miss Little Mess: Se dicen solas

Escribo para mí. Escribo conmigo. Últimamente me han sucedido cosas a las que no consigo dar explicación. Cosas malas, y también cosas buenas. Y estoy descubriendo lo inútil de tratar de entender las razones de las cosas que nos pasan. Nuestras pequeñas humanas cabezas, pobres, buscando siempre el cómo. Cómo es posible. Cómo pasó. Ah, y los por qués. Por qué a mí. Por qué antes, porqué ahora. Por qué aquí o por qué allí. Por qué, por qué. Después de demasiada práctica, la respuesta es tan simple como irritante. Porque sí.

Las cosas buenas, pero sobre todo, las no-tan-buenas, nos ocurren solo para que le digamos al mundo quiénes somos. Nos definen. Prueba a observar cómo una persona se enfrenta a una dificultad, a cosas que duelen o que son importantes, y sabrás más de ella que con mil adjetivos. Sabrás cómo es en lo que nos mueve por dentro. Sabrás si es fuerte o valiente, si tiene buen corazón, si tiene miedo. Sabrás hasta dónde puede llegar por los que quiere, o si algo le importa de verdad. De lo que nos pasa y de lo que hacemos, se pueden saber muchas, muchas cosas. Decía Woody Allen, "las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas, se dicen solas".